Dos Ensayos sobre el Contenido Mental

Hola a todos. Hoy hablaré sobre el contenido mental, entendiendo a éste como «el contenido mismo de los pensamientos, es decir, acerca de qué son». Y cuando digo pensamientos sigo la definición estricta de «proposiciones mentales», es decir, proposiciones (burdamente los podríamos llamar afirmaciones) que la mente fabrica o, como veremos más adelante, de los que la mente está hecha.


Los dos ensayos son defensas de dos tesis, respectivamente:

   

     1) Que el contenido mental es una propiedad real de los sistemas y procesos neuronales, pero que también es material (materialismo no eliminativista con respecto al contenido mental, lo podríamos llamar).

   

     2) Que el contenido mental es el único componente que se necesita para armar una consciencia.


Con esto intento establecer, una vez definidas y defendidas a fondo estas dos premisas, la conclusión que sigue naturalmente de éstas, la cual es que 


∴ Una propiedad material que se encuentra en sistemas y procesos materiales es suficiente para construir la mente. 


El resto de este artículo defiende la primera y la segunda tesis.




A. EL CONTENIDO MENTAL ES UNA PROPIEDAD MATERIAL DE LOS PROCESOS Y SISTEMAS NEURONALES.


Está claro que si una teoría materialista es posible, es también lo más probable. El fundamento de tal afirmación es el siguiente: no introduciremos nada de carácter inmaterial, a menos que sea necesario hacerlo. Lo mismo pasa con la eliminación. No eliminaremos nada de nuestro esquema a menos que sea necesario. Si demostramos que es innecesario tanto introducir algo inmaterial como eliminar algo material, tenemos la máxima posibilidad de triunfar con nuestra teoría materialista/no-eliminativista. Con esto quiero decir que una vez que defienda la tesis A, mi trabajo va a estar terminado.

Ahora bien, ¿Cuáles son las diferentes críticas que se le pueden hacer a la tesis A?


(i) El argumento de la inaccesibilidad. El contenido mental de un sujeto S no es accesible para  ningún otro sujeto F, tal que F≠S. Y si es accesible, no lo es del mismo modo (para S es a través de la experiencia y para F es a través de máquinas que detectan los pensamientos basadas en los conocimientos neurocientíficos y en escaneos del cerebro). Esto demuestra que el contenido no puede ser físico, ya que todos los hechos físicos son públicos. Refutación. Hay colores, como el ultravioleta y el infrarrojo que algunas especies pueden percibir y otras no, pero nadie anda diciendo que «el ultravioleta no puede ser físico, ya que la única forma de conocerlo para un hombre es a través de máquinas, pero para una abeja se lo experimenta a través de la experiencia [las abejas ven ultravioleta]», ya que esto sería un absurdo.


(ii) El argumento de las relaciones lógicas. Algunos pensamientos implican otros pensamientos, o son son coherentes con otros pensamientos, etc.. Pero las propiedades u objetos físicos comunes y corrientes no implican o son coherentes con otros. Ergo, el contenido de los pensamientos no es físico. Refutación: Acá vemos que algunos entes tienen un tipo de relación con otros de su misma categoría que el resto de lo físico no tiene. Pero esto no tiene por qué sorprendernos, ya que algo parecido sucede en química: yo tengo dos compuestos químicos; uno puede reaccionar junto con el otro dando lugar a otros compuestos químicos. Ahora bien, este proceso puede ser reversible o irreversible. Pero hay otras cosas físicas (tales como un piano) en las cuales «reversible» e «irreversible» son conceptos inaplicables (por lo menos no son aplicables en el mismo sentido con el que se aplican en química). Pero esto no significa que los pianos no sean materiales. Lo mismo pasa con procesos neuronales. Unos se «implican» o «contradicen» a otros, sin que esto pase con otros procesos físicos. Pero esto no significa que las neuronas tengan relación alguna con algo inmaterial.


(iii) El argumento de la materia ordinaria. La materia ordinaria no tiene contenido, por lo tanto las neuronas tampoco lo tienen, y el contenido viene «separado» de las neuronas. Refutación: supongamos que alguien descubre un cristal con un color que nadie antes había visto: no sería para nada válido afirmar que este color no corresponde al cristal porque ningún otro cristal tiene ese color.


(iv) El argumento de la descomposición del contenido. El contenido no se puede dividir, por lo tanto no es físico. Refutación: este argumento confunde cosas con propiedades. Dar bien la hora es una propiedad física que tienen los relojes y no se puede dividir. Fin de la cuestión. 


(v) El argumento de la intencionalidad. La materia no es intencional (sobre algo) pero el contenido mental sí. Esto significa que el contenido mental no es material. Refutación: La refutación del argumento de la materia ordinaria también se aplica a este argumento.


(vi) El argumento de la indeducibilidad. En este mundo hay un estado neuroquímico NQ1 de mi cerebro que corresponde con un contenido mental CM1. Pero imaginemos un mundo físicamente idéntico al nuestro, pero mentalmente diferente. Más precisamente, imaginemos un mundo donde NQ1 no corresponde con CM1, sino que corresponde con otro contenido mental al cual llamaremos CM2. Ese mundo es concebible, por lo tanto no se pueden deducir los contenidos mentales a partir de los estados neuroquímicos. Refutación: Si algo es concebible o no para cierta persona depende de los conocimientos de esa persona. Por ejemplo, para una persona que no sabe que la velocidad de las moléculas de un gas no sólo corresponde a, sino que es, la temperatura de un gas, digamos, es concebible para tal persona que un gas con cero movimiento de moléculas tenga una temperatura finita y no nula. Sin embargo esto no es posible. Lo mismo puede aplicarse a las propiedades de los procesos y sistemas neuronales en relación con los contenidos mentales: siguiendo el caso anterior, NQ1 es CM1, y como la relación de identidad implica necesidad (en el sentido de lógica modal), tenemos que al estado NQ1 solamente puede corresponder CM1, ya que NQ1 es CM1.


(vii) El argumento de la realizabilidad múltiple. Este argumento fue introducido originalmente por Hilary Putnam, con una formulación y un fin diferentes. Pero una modificación de éste puede llegar a parecernos una amenaza para la tesis que expuse y defendí en la refutación del argumento (vi) (es decir, la tesis según la cual los estados neuronales que nosotros decimos que ‘corresponden’ a un contenido mental en realidad son contenidos mentales); el argumento sería algo así: un reptil piensa en la comida, pero un humano también piensa en la comida. Pero los estados cerebrales que realizan dicho contenido mental son completamente diferentes (ya que los cerebros son completamente diferentes uno del otro tanto en complejidad como en estructura). Por lo tanto, es imposible que un contenido mental sea un estado neuronal, ya que no se puede ser dos cosas al mismo tiempo (y sería más de un estado neuronal posible en el caso de la realizabilidad múltiple). Refutación: Una temperatura puede corresponder a diferentes sistemas, siempre que éstos cumplan todos con un requisito (tener cierta velocidad promedio de las moléculas que los constituyen). Esto no significa que la temperatura no sea el movimiento de las partículas; tan sólo significa que hay un patrón que todas los sistemas con cierta temperatura tienen, que es el siguiente: todos tienen la misma velocidad promedio de las moléculas que los componen. Lo mismo pasa con los contenidos mentales: pueden ser realizados por diferentes estados neuronales, pero todos estos tienen algo en común, que la neurociencia o bien está descubriendo o bien empezará a descubrir en el futuro.

B. EL CONTENIDO MENTAL ES EL ÚNICO INGREDIENTE NECESARIO PARA CONSTRUIR UNA MENTE.


La mente está compuesta, o por lo menos eso parece, de las siguientes cosas: actitudes proposicionales (deseos, miedos, pensamientos, y creencias; estados mentales relacionados con una proposición) por un lado, y qualia (sensaciones, percepciones, emociones, cualquier cosa que uno perciba de sí mismo, del entorno o de su estado emocional, etc.) por el otro. Las actitudes proposicionales tienen siempre contenido. El problema serían los qualia, y el aspecto auto-consciente de la mente. Si pudiéramos reducir éstos a proposiciones, la defensa de la tesis B habría terminado. Como sabemos que eso es precisamente lo que queremos hacer, prosigamos:


Qualia: Imagine un síndrome o enfermedad llamado chromodelussia A. Quien tiene tal síndrome, ve todo en blanco y negro, pero sigue creyendo que ve colores, y cuando se le pregunta de qué color es cierto objeto O, el sujeto responde un color C, pero si se le pregunta a otro paciente con el mismo síndrome de qué color es O, también responderá C. Ahora imagine otro síndrome, chromodelussia B, que quien lo padece ve todo color verde, pero cree que ve todos y cada uno de los colores. Y cuando se le pregunta a un paciente con chromodelussia B de qué color ve a O, también dirá que lo ve del color C. Y estará perfectamente convencido de esto, al igual que un paciente que padece de chromodelussia A. Ahora bien, cuál es la diferencia entre la chromodelussia A y la chromodelussia B? Ninguna. ¿Por qué? Porque ni un observador externo ni el mismo paciente puede distinguir la diferencia. En realidad, y por esa misma razón, tanto la chromodelussia A como la B son idénticas a la vida real. Moraleja: no importa qué colores veamos, si es que los vemos (ya que podría haber ejemplos con ceguera total); sólo importa qué colores creemos (tan firmemente que no nos podemos imaginar que no sea así) que vemos. Y las creencias, amigos míos, son actitudes proposicionales. Ah, por cierto: lo mismo se aplica a los demás sentidos. 


Aspecto auto-consciente de la mente: Pasa algo similar que en el ejemplo anterior: el cerebro construye pensamientos con los siguientes contenidos mentales:

p1: yo soy el yo

p2: el yo es autoconsciente.

p3: el yo autoconsciente es consciente de p1, p2 y p4.

p4: el yo autoconsciente es consciente de p3.

etc.

Pero estos pensamientos no son verdaderos, pero el cerebro los toma por verdaderos.

Para que esto último tenga sentido, hay que formular una última tesis (con esto termino):

–> Las actitudes proposicionales «básicas», son las creencias. Por «básico» se entiende aquel tipo de

actitud proposicional al que las otras actitudes proposicionales se reducen, siendo éstas últimas una configuración del tipo de actitud proposicional «básica».

Janou Glaeser

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2 respuestas a Dos Ensayos sobre el Contenido Mental

  1. weisszettel dijo:

    Una entrada muy interesante. Creo que el esquema argumentativo que aparece al principio es correcto: partir de la tesis de que el contenido mental es material y de la tesis de que el contenido mental es condición suficiente para la conciencia lleva a la conclusión de que una realidad material (el contenido mental) es condición suficiente para la conciencia.

    Voy a centrarme únicamente en los argumentos (mejor dicho, los contraargumentos) que esgrimes en defensa de la tesis A.

    1A. Contraargumento de la inaccesibilidad: me parece correcto y bien formulado. La diferente accesibilidad perceptiva de una entidad (contenido mental o luz ultravioleta) por parte de dos o más agentes perceptores no implica que esa entidad tenga que ser inmaterial. Tal vez exista una ambigüedad conceptual o lingüística al hablar de la «accesibilidad de un contenido mental» y equipararla a la accesibilidad de la luz ultravioleta. ¿Son entidades de la misma categoría el contenido mental y la luz ultravioleta? Creo que sólo sería así asi si el «contenido mental» fuese la suma mereológica de ciertos objetos o partes, tal y como la luz ultravioleta es la suma mereológica de infinitas radiaciones electromagnéticas con longitudes de onda comprendidas en un intervalo continuo y más o menos definido en sus límites inferior y superior. Si el contenido mental fuese algo más que una mera suma, si fuese un conjunto estructurado de partes, tal vez el símil no sería adecuado. Pero creo que esto no afecta a la fuerza del argumento. En todo caso, remitiría a una definición más precisa de «contenido».

    1B. Contraargumento de las relaciones lógicas. Si no entiendo mal, lo que quieres afirmar es que las relaciones lógicas de «implicación» y «coherencia» no se aplican solo a entes inmateriales (como los pensamientos o las creencias), sino que también son pertinentes a las entidades materiales (objetos y procesos físicos). Aunque estoy de acuerdo, creo que tal vez se trate de dos conjuntos distintos, pero isomórficos, de relaciones. Es decir, la creencia de que «hay una tienda de libros al otro lado de la calle» junto con el deseo de «querer comprar un libro» conduce lógicamente (aun de una manera no totalmente formal) a la decisión mental de «ir a comprar un libro». Pero cabe pensar que esta estructura de relaciones lógicas (A & B —> C) puede ser isomórfica a una estructura de relaciones neurológicas físicoquímicas en las que la activación de los circuitos neuronales de la creencia (A’), en sinergia sináptica (por decir algo) con la activación de los circuitos neuronales del deseo (B’) conducirían, por una transmisión localizada y fisicoquímicamente determinada de los impulsos nerviosos, a la activación de los circuitos neuronales de la decisión final (C’). En tal caso, el functor lógico «&» sería isomórfico a la sinergia sináptica y el functor lógico «—->» sería isomórfico a la activación causal de un circuito neuronal a partir de la activación previa de otros circuitos neuronales. Por lo tanto, puede afirmarse que ambos conjuntos de relaciones (lógicas y fisicoquímicas) son distintos, pero estructuralmente isomórficos.

    1C. Contraargumento de la materia ordinaria. Creo que la afirmación de que la materia ordinaria «no tiene contenido» es indecidible a efectos de verdad o falsedad, hasta que se defina el significado de «contenido». Por supuesto, toda materia tiene contenido (su estructura atómica, sin ir más lejos). Cierta materia incluye en su contenido no solo un acopio de elementos (caso de la materia inorgánica), sino una interacción dinámica entre ellos (la materia viva, por ejemplo, como es el caso de las neuronas o del sistema nervioso). Por tanto, me parece que plantear la cuestión de la falta o no de contenido como argumento en contra -o a favor- de la identidad entre la materia y la mente no es del todo correcto. La cuestión más bien es de qué tipos de contenidos estamos hablando y de si existe una correlación entre ambos contenidos (los contenidos dinámicos físicoquímicos del sistema nervioso y los contenidos «psiquicos» de un pensamiento, una creencia o un deseo).

    1D. Contraargumento de la descomposición del contenido. Me parece que la formulación del argumento de partida tampoco es correcto. Es decir, los contenidos mentales sí se pueden dividir, excepto tal vez los más primarios. Un intenso deseo por algo, por ejemplo, es descomponible en, al menos, el pensamiento del objeto deseado y la tendencia emocional que tal pensamiento general. Por tanto, no encuentro que este contraargumento sea muy útil.

    1E.Contraargumento de la intencionalidad. La materia no es intencional en el sentido en que hablamos de «intención» al abordar los procesos mentales. Pero los procesos físicos son causalmente dirigidos por procesos físicos anteriores (incluso en el caso de la mecánica cuántica, si hacemos caso a la interpretación realista, y en los fenómenos caóticos) y esto habla de una «tendencialidad» de la materia frente a la «intencionalidad» de lo mental. La cuestión, de nuevo, reside en ver si ambas nociones son o no isomórficas.

    1F. Contraargumento de la indeducibilidad. Creo que el hecho de que algo resulte «concebible» no lo convierte automáticamente en «posible». Me parece que, a estos efectos, la tesis semántica de los mundos posibles y la lógica modal que conlleva no son de gran ayuda. Además, hay una cuestión terminológica: si decimos que NQ1 «corresponde» a CM1 en nuestro mundo pero «corresponde» a CM2 en un mundo posible que imaginamos solo a efectos argumentativos, estamos utilizabndo dados cargados en nuestras palabras. «Corresponder» no es «ser». Y por tanto, si NQ1 «es» CM1 en nuestro mundo y NQ1 «es» CM2 en un mundo «concebible» (y habría mucho que discutir sobre lo que quiere decir «concebible»), entonces la tesis de la identidad mente-cuerpo no resulta afectada. Creo que este argumento, y su contraargumento correspondiente, pierde toda su fuerza con una sencilla aclaración semántica al inicio.

    1G. Contraargumento de la realizabilidad múltiple. Estoy de acuerdo en tu respuesta al argumento de Putnam, y solo quiero añadir una cosa: Putnam da por sentado que los contenidos mentales del humano y del reptil cuando piensan en comida son los mismos, pero esa suposición es gratuita, y se nos está colando de contrabando como una premisa evidente. Si, por el contrario, aceptamos que los estados mentales del humano y del reptil no son los mismos cuando piensan en comida, entonces la argumentación de Putnam pierde toda su posibilidad de validez. ¿Realmente sabemos cómo piensa un reptil cuando piensa en comida? ¿Lo sabemos como para afirmar que su contenido mental es idéntico al nuestro? Como diría Thomas Nagel, «¿qué se siente al ser un murciélago?»

    Un saludo muy cordial.

  2. jmglaeser dijo:

    Muy interesantes comentarios, Manuel. Sólo aclararte una cosa (sobre el 1C). Cuando hablo de «contenido», lo hago refiriéndome al «contenido mental» tal como es definido al principio de la entrada, y no al contenido en el sentido ordinario de la palabra.

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